Asturias,patria querida...

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Así nos recibió una campana al llegar a Ribadesella, después de pasar la nieve al entrar en Asturias. Algunos no bebimos tanto como para cantarla, aunque dicen que en la habitación de solter@s la crema de orujo animó a sus ocupantes a cantar otros cánticos.

El viaje, aunque ha sido un poco paliza por las horas, ha merecido la pena. El tiempo acompañó, y pudimos hacer la Ruta del Cares, subir a Bulnes ( con chaparrón a la bajada incluido), hacer guerras de nieve y visitar Ribadesella y Cangas de Onís. La foto de la derecha corresponde a la Ruta del Cares, donde había tanta gente como en la M-30. Naturaleza virgen, montañas enormes y el agua más clara que he visto nunca. Lógicamente te sientes muy pequeño, como una hormiguita, y te olvidas de ordenadores, trabajo, ESN...

El turismo gastronómico también estuvo a la altura, todo regado con sidrina y algún orujo de hierbas. La anécdota estuvo en la estampida que hicimos de un restaurante muy 'chic', después de ver la carta. Para ver nuestras caras :)

La pena, que haya durado tan poco. No hemos descansado mucho, pero hemos recargado las pilas hasta el siguiente puente, sin destino conocido por ahora.

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